Llegamos, nos transportamos y todo fluía...vimos a las vacas sagradas, las dimos de comer y aprendimos como se ordeñaban, hicimos chapati, nos vestimos y maquillamos como verdaderos indios y visitamos un templo donde nos enseñaron distintos instrumentos de música, los tocaron y no pudimos parar de bailar...
Una experiencia inolvidable difícil de olvidar.
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